lunes, 5 de octubre de 2015

EDITORIAL

VORACIDAD DEL TIEMPO Y DE LA NATURALEZA

El tiempo y la naturaleza se confabulan con el único fin de hacernos reflexionar acerca de un ambiente efímero. Pero nos hacen recapacitar de una manera vil e indecente.

El tiempo pasa apresurado ya casi ni lo percibimos, se manifiesta taciturno como la noche.  Sin embargo, nos deja ver de manera audaz, la escasez  de los  recursos naturales que suplen las necesidades básicas del ser humano.

La furia de la naturaleza es tal, que nos deja en el impetuoso tiempo sin una gota de agua, generando  desasosiego en poblaciones que por ser áridas, suelen ser más propensas a provocar grandes incendios que consumen y destruyen todo lo que a su paso alcanzan.

La crueldad de la naturaleza, no tiene límites. Si hace mucho calor, el agua se hace insuficiente por lo que se deben efectuar razonamientos y si llueve cae el agua con furia, de tal manera que colma los ríos hasta desbordarlos, al punto de dejar bajo el agua enseres y víctimas que no pueden huir del vehemente invierno espontáneo.

Los estudiantes de la institución ya perciben con desasosiego los estragos de la naturaleza. En los salones las clases se vuelven eternas, cuando a las ocho o nueve de la mañana se asoma un sol inclemente que promete ser constante hasta que llegue la noche. Sin embargo, el calor sofocante no es la única preocupación de este verano que se ha hecho sentir como nunca. Pues por otro lado encontramos que de los ríos, quebradas y sus derivados no quedan más que las huellas, pues la flora y la fauna han desaparecido transformándose en desiertos, donde alguna vez fluyo, algo llamado agua.

Y como lo peor está por venir, es vital que se tengan planes de contingencia. Estamos en un mundo cambiante, donde en un momento todo puede estar bien y al segundo todo puede deteriorarse o acabar. Hay que cuidar y conservar lo que hoy tenemos porque todo puede acabar tan rápido como una estrella fugaz.

Los cambios hacen parte de nuestro diario vivir, tal como los vivimos nosotros también los sufre el colegio. Pues está en cambios progresivos en donde busca con exasperación docentes que cumplan con un buen perfil y además que tapen los huecos dejados por buenos docentes, de tal manera que no se sienta la déficit de los que hoy ya no están.